No me lo esperaba pero me enamoré perdidamente de un hombre casado... encontré en mí a una persona que ni yo misma reconocía. Fui capaz de correr por toda la ciudad para encontrar el vestido perfecto, gastarme una fortuna en ropa interior, pasarme una mañana entera limpiando a fondo mi casa y hasta planchar las sábanas sólo porque venía él. Estudiaba mi estilismo hasta el más mínimo detalle. Algo hacía que todo rodara como si fuera a llegar hasta el infinito. Me volvía loca para crear un mundo perfecto, para que me encontrara perfecta a mi y quisiera seguir más tiempo. Nunca sospeché que pudiera llegar a sentirme tan insegura pero disfrutarlo tanto a la vez! Fue como volver a la adolescencia.
Se que esto no gusta a mucha gente pero los sentimientos no son fáciles de dominar cuando vienen así, como un huracán...
Puse todo de mi parte para construir un mundo perfecto para nosotros pero no quise ver que solo era una pompa de jabón, preciosa pero tan frágil que puede desaparecer en un segundo sin dejar rastro.
Los encuentros se fueron diluyendo en un mar de excusas hasta desaparecer por completo... No me gusta rendirme, pero en este caso me retiro del combate... a veces hay que saber perder.
